Todas las noticias

Feminicidio en Euskadi y Navarra 2010-2015

Casos, tratamiento en prensa y análisis de sentencias Las violencias machistas son múltiples y nos afectan a todas las mujeres a lo largo de nuestras vidas. El feminicidio es la forma más extrema del continuum de las violencias machistas, y es seguramente su expresión más visible. Somos conscientes de que a veces el foco que colocan los medios de comunicación o las instituciones en este tipo de violencia hace que perdamos una visión más global y compleja de la violencia contra las mujeres. Sin embargo, creemos que es necesario detenernos en los feminicidios, precisamente porque a pesar de su carácter extremo no se están tomando las medidas adecuadas para su prevención. La sociedad y las instituciones parecen aceptarlos, como si se tratara de un desastre natural ante el cual poco se puede hacer.  Así, hemos analizado los feminicidios de Hego Euskal Herria desde 2010 a 2015: en primer lugar, haciendo un registro y datos significativos de todos los casos; en segundo lugar, un análisis del tratamiento que la prensa ha dado a los mismos; y por último, analizando las sentencias judiciales emitidas en estos crímenes.

Radiografía de los casos

El estudio registra 30 feminicidios y 3 asesinatos de mujeres por robo1 cometidos en los 6 años. De estos, 30 fueron cometidos en la CAE y 3 en la Comunidad Foral. El dato es significativamente mayor que la cifra oficial: el Ministerio de Igualdad reconoce como víctimas de violencia de género solo a 14 de estas mujeres. El número de casos de la CAE también es muy superior a los reconocidos como violencia machista por Emakunde, que son solo 16. Es importante comprender que estas disparidades no son solo cifras, sino que delatan el no reconocimiento político y social de una buena parte de las víctimas.

Los tipos de feminicidio más relevantes son el feminicidio íntimo, que son el 52%, (tres de ellos no forman parte de las cifras oficiales); el feminicidio familiar, con seis casos, el 18%; y el feminicidio infantil, el 9% del total, porcentaje superior al que se observa en el Estado español, que es del 5%.

Tratamiento mediático de los casos

Los medios tienen un papel fundamental en la construcción del imaginario social en torno a las violencias machistas, por eso hace años que organizaciones feministas e instituciones publican códigos deontológicos y guías de comunicación que persiguen regular su tratamiento informativo.

El análisis del tratamiento de prensa recogido se ha realizado sobre 279 piezas informativas en castellano y 90 en euskera, que han sido contrastadas con las indicaciones recogidas en el Código deontológico y de autorregulación de la comunicación y la publicidad no sexistas de Emakunde-Begira, publicado en 2016. De él se desprende que el buen tratamiento de la violencia machista responde a la apuesta política de determinados medios que todavía son minoría. La mayor parte continúa incurriendo en malas prácticas que hace tiempo deberían estar superadas.

Los problemas encontrados en el estudio son viejos conocidos. Se continúa desvinculando la violencia machista de la desigualdad estructural entre mujeres y hombres, y los asesinatos se abordan como si fuesen parte de la crónica de sucesos. El 44% de las piezas informativas analizadas no ubicaron los asesinatos en el marco de la violencia contra las mujeres, y no utilizaron terminología específica. Esto ocurre particularmente en aquellos asesinatos cometidos en el marco de relaciones que no se corresponden con la de pareja, como si por ello no estuvieran mediatizadas por el género. Pero más grave incluso es el hecho de que algunos medios publicaron informaciones que justificaban, de modo sutil, los feminicidios, o llegaron incluso a culpar a las víctimas.

Análisis de las sentencias

Se ha realizado un estudio de las 18 resoluciones judiciales encontradas, en base a una tabla de indicadores aplicados desde una mirada feminista. El interés del análisis reside en que de él se infieren conclusiones que pretenden ser útiles de cara a valorar la labor preventiva de la justicia, así como el alcance de sus sanciones.

Una de las conclusiones más preocupantes es que la justicia no está cumpliendo con su cometido relativo a la protección de las mujeres, como ciudadanas de pleno derecho que somos. En este sentido, el análisis constata que en al menos seis casos hubo agresiones previas al feminicidio, y que en cuatro de ellos estas habían sido denunciadas, e incluso en tres había vigente una orden de alejamiento. Por otro lado, en dos casos las amenazas de muerte denunciadas ante la justicia habían sido ignoradas o minimizadas.

En lo que se refiere las sanciones se concluye que, en términos generales puede afirmarse que no hay impunidad, ya que todas las condenas a los victimarios incluyen penas de privación de libertad de una media de 19 años. Sin embargo, del estudio se desprende que existen algunas parcelas de impunidad para estos hombres. Tanto es así que, de los ocho feminicidios íntimos juzgados, tan solo en uno de los juicios se investigó y condenó al acusado no solo por el feminicidio, sino por la violencia habitual previa y asociada a este. Sabemos que estos asesinatos nunca son el primer y último acto violento que los victimarios ejercen sobre las víctimas, sino que constituyen el resultado de procesos, a veces muy largos, de maltrato y agresiones reiteradas. Por eso es imprescindible que se investigue y responsabilice a estos agresores de todas las violencias ejercidas.

Del mismo modo, y a pesar de que en al menos dos de los casos la sentencia relata que víctima y victimario mantuvieron algún tipo de relación sexual poco antes del asesinato, no se investigó si esas relaciones habían constituido un delito contra la libertad sexual de la víctima. Evidencia los prejuicios sexistas que siguen perviviendo en el sistema de justicia y su funcionariado, así como las enormes carencias en lo que a la aplicación de la perspectiva de género se refiere.

Desde Mugarik Gabe queremos que el presente estudio sea una herramienta para conocer la verdad, para recordar a las mujeres asesinadas y denunciar los fallos del sistema social, político y penal. Pero queremos sobre todo que sea una herramienta útil para formular y diseñar políticas que garanticen el derecho a la vida de las mujeres, y el derecho a la memoria y la reparación de las víctimas. La sociedad no puede permanecer inmóvil frente a esta gravísima y sistemática vulneración de los derechos humanos de las mujeres en Euskal Herria y en todo el mundo.

1Las autoras del informe decidieron incluir los 3 asesinatos por robo en el informe porque, a pesar de que el motivo no fuera la violencia machista, los tres están de alguna forma atravesados por el género.