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Informe del II Encuentro de Jóvenes Hablantes de Lenguas Minorizadas

El Encuentro de Jóvenes Hablantes de Lenguas Minorizadas se celebró por vez primera en 2011, en Vitoria-Gasteiz, y este año, 2018, la capital alavesa ha vuelto a acoger la segunda edición, que ha tenido lugar del 16 al 19 de julio en la Facultad de Letras y en Oihaneder Euskararen Etxea, bajo el nombre HIGA y por iniciativa del Ayuntamiento de Vitoria. Aunque con un parón de siete años, el objetivo de este segundo encuentro era dar continuidad a la primera edición e ir un paso más allá que en ella, en la medida de lo posible.

Concretamente, la iniciativa HIGA fue impulsada por los Servicios de Juventud y Euskera del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y se ha llevado a cabo con ayuda de varios patrocinadores (el Rectorado de Araba de la UPV/EHU y la Cátedra UNESCO de Patrimonio Lingüístico Mundial), de colaboradores (Oihaneder Euskararen Etxea) y de la Comisión Académica (Garabide, Kontseilua, Cluster de Sociolingüística, Cátedra UNESCO y Universidad SOAS de Londres), con una labor de organización que se ha extendido desde octubre hasta finales de julio. Se puede afirmar que la cita tenía un cuádruple objetivo: 1) dar a los y las jóvenes gasteiztarras la oportunidad de intercambiar con hablantes de otras lenguas minorizadas experiencias de revitalización lingüística; 2) difundir entre la juventud gasteiztarra actitudes a favor del euskera e intensificar el activismo; 3) formar a activistas jóvenes en sociolingüística y política lingüística, y 4) ofrecer a los y las jóvenes participantes –tanto extranjeros como locales– la oportunidad de establecer relaciones duraderas con miembros de otras comunidades, bien para intercambiar experiencias sobre revitalización de lenguas, bien para colaborar en la organización de iniciativas cooperativas.

De cara a alcanzar dichos objetivos, a las mañanas contábamos, por un lado, con un programa académico que se ofrecía dentro de los cursos de verano de la UPV/EHU. Invitamos a ponentes de diversos ámbitos de conocimiento y práctica (Xavier Vila, Gemma Sangines y Jon Sarasua, entre otros), y para cerrar las sesiones matinales, realizábamos dinámicas de reflexión, para comprender la situación de cada lengua y compararlas entre sí. Por otro lado, y para satisfacer el lado ‘más lúdico’ de HIGA, por la tarde, en Oihaneder, ofrecíamos conciertos, dinámicas de conocimiento mutuo, documentales y actividades similares. No debemos olvidar que la organización costeaba la matrícula, las comidas y la estancia de esos jóvenes, por lo que pasaron 4 días juntos, y esa convivencia fue fundamental para el buen ambiente del grupo.

Para conseguir jóvenes participantes, recibimos la ayuda de las asociaciones y entidades que componen la Comisión Académica, y mediante ellas nos pusimos en contacto con entidades, asociaciones y hablantes internacionales y difundimos la invitación a participar en HIGA. Se inscribieron 75 jóvenes de 32 comunidades lingüísticas y, por diversas razones, al final acudieron 65. De todas maneras, desde la organización pensamos que era fundamental que HIGA fuera una iniciativa lo más abierta posible, por lo que los agentes de Vitoria-Gasteiz y Euskal Herria recibieron una convocatoria de participación flexible. Por ese motivo, además de los 65 participantes inscritos previamente, otros 60 participaron en algún momento del encuentro, por lo que la valoración de la organización es necesariamente positiva.

A la vista está que HIGA ha sido una iniciativa exitosa y los compromisos adquiridos por los y las jóvenes para su día a día (tanto en el ámbito personal como en el académico/profesional/formal) nos han infundido fuerzas a todos y todas para continuar con la labor de revitalización de nuestras lenguas y para buscar apoyo y colaboración internacional. Desde la organización también hemos querido comprometernos y, en vista de los resultados de este segundo encuentro de jóvenes hablantes, hemos pensado que convendría organizar el encuentro con regularidad, porque así lo demandaron los y las jóvenes. Nos parece una iniciativa única a nivel mundial y es significativo que se haya celebrado en Vitoria-Gasteiz y en Euskal Herria.