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Los retos a los que se enfrentan los servicios de atención municipales a las personas en riesgo de exclusión social

Los ayuntamientos de San Sebastián, Irún, Arrasate, Zarautz y Pasaia exponen en los Cursos de Verano de la UPV-EHU sus fortalezas y debilidades: las limitaciones económicas obligan a realizar “un buen trabajo” a nivel comarcal e identificar las necesidades específicas de las nuevas realidades

Los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) han abordado esta mañana los retos a los que se enfrentan los servicios de atención primaria municipales en el ámbito de la exclusión social a partir de los programas asistenciales de los ayuntamientos de San Sebastián, Irún, Arrasate, Zarautz y Pasaia, que han expuesto sus fortalezas y debilidades para responder a las nuevas realidades sociales.

La insuficiente capacidad económica supone el principal condicionante al que se enfrentan los municipios en este ámbito ya que limita el desarrollo de prestaciones y servicios. Por ello, en el marco de la última jornada del curso ‘Innovación en inclusión social y en la atención a las personas en exclusión social, se ha coincidido en la importancia de desarrollar un “buen trabajo” en red a nivel comarcal e identificar los recursos y necesidades específicas de las personas en situación de riesgo de exclusión para gestionar los servicios sociales de manera eficiente.

La corresponsable del programa de inclusión del Ayuntamiento de Pasaia Ziortza Rodríguez ha expuesto la realidad de este municipio, que de por sí está condicionado por su estructura geográfica, con cuatro distritos con necesidades específicas divididos por el puerto y la N-1, lo que “dificulta” la atención social. Además, se da una “gran movilidad” y en “periodos relativamente cortos” entre la población a atender dentro de la comarca de Oarsoaldea en la que se integra Pasaia junto a Lezo, Errenteria y Oiartzun, lo que “dificulta aún más si cabe la intervención” de los servicios  sociales.

Ante esta realidad, Rodríguez ha defendido que “la forma de poder desarrollar servicios es comarcalizándolos”, ya que posibilitará “una mejor financiación” y que “sean recursos optimizados para todos los municipios”. En todo caso, no es una tarea “sencilla”, ya que cada localidad tiene “su propia realidad política, organizativa y económica” y es necesario llegar a un acuerdo a la hora de “establecer criterios de priorización y desarrollar servicios y prestaciones comunes”.

Los cuatro municipios llevan desde “hace años” apostando por un modelo de trabajo en coordinación con la agencia de desarrollo comarcal, un sistema que se había demostrado que era “exitoso”, si bien los ajustes económicos derivados de la crisis “lo han dejado bastante cojo”, según ha lamentado Rodríguez. “Es bastante complicado desarrollar programas y servicios con los colectivos más desfavorecidos sin la suficiente financiación”, ha señalado.

Pasaia, que también tiene que hacer frente “a dificultades de infraestructuras” dada su “relativa” pequeña población (algo más de 16.200 personas), ha constatado en los últimos dos años “nuevas realidades” en la atención social y que afectan principalmente a personas con “enfermedad mental y con escasa habilidad social que se han visto obligados a vivir en situaciones de infravivienda”, y a mujeres inmigrantes con niños pequeños que acaban de llegar a la comarca y que no tienen apoyo socioeconómico, están en una situación jurídica irregular y presentan un “alto estrés emocional”. Además, la población africana “está tomando mucha fuerza”, lo que obliga a los servicios sociales a “formarnos, adecuarnos y entender sus códigos culturales para dar una buena atención”.

Como conclusión, Rodríguez ha evidenciado que para poder innovar en la atención a las personas en riesgo de exclusión es necesario “desarrollar un buen trabajo en red, un trabajo interdisciplinar, que haya una apuesta económica y política, y que haya una adecuación de los servicios de atención primaria, de los servicios y técnicos locales para atender a las nuevas realidades que nos estamos encontrando y nos vamos a encontrar”.

El tener que gestionar los recursos de forma comarcal, como establece el Decreto de Cartera de Prestaciones y Servicios, es “una situación nueva” para Debagoiena, ya que hasta ahora los municipios desarrollaban sus recursos de acuerdo a su idiosincrasia. Adaptarse a este nuevo modelo va a suponer un “reto y una dificultad” ante la necesidad de poner de acuerdo “a nivel técnico y político” a ocho municipios a la hora de ubicar los recursos en el ámbito territorial, según ha expuesto el jefe del Departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Arrasate, Iñigo Garitano. En esta tarea, la comarca parte de un “desarrollo bastante escaso” compartido en el ámbito de la exclusión social. “Es el recurso que menos se ha desarrollado hasta ahora”, ha admitido Garitano.

La Mancomunidad de Debagoiena fue concebida para “otro tipo de servicios” pero ahora deberá ampliar sus competencias y gestionar los servicios sociales. En la actualidad, la comarca está inmersa en una fase de “determinar qué recursos precisamos en el ámbito de la exclusión social” para su posterior puesta en marcha. En principio, los objetivos fijados, según ha señalado Garitano, son “modestos” porque “deben ser factibles” a la vista de las “limitaciones presupuestarias”, si bien se es consciente de que la demanda “nos obligará a revisarlos”.

“Debemos identificar carencias, lagunas y recursos que podemos ofrecer y no tenemos, y fijar criterios modestos y factibles”, ha afirmado. Entre los recursos que se deben garantizar, se han identificado necesidades en materia de vivienda tutelada para personas en situación de riesgo de exclusión (se han fijado 14 plazas para la comarca), y en la atención diurna y la acogida nocturna (se han establecido seis plazas para cada servicio). Además, se pretende potenciar el servicio de acompañamiento  social.

El carácter fronterizo de Irún está “impactando mucho” en los servicios sociales municipales, que están poniendo en marcha recursos que no están en el Decreto de Cartera pero que son “importantes”. Entre ellos, la directora de Bienestar Social del Ayuntamiento, Igone Virto, ha destacado el servicio de ayuda a domicilio que, aunque no es un servicio específico de atención a la exclusión, es una “herramienta fundamental”. Por ello, el Consistorio ha desarrollado un nuevo reglamento que está en exposición pública en estos momentos que busca dotar al municipio de “un servicio de naturaleza asistencial y preventivo destinado a ayudar a personas en riesgo o en situaciones de dependencia pero también de vulnerabilidad para permanecer en su domicilio”, y que “posibilitará su desenvolvimiento en su propio domicilio y su integración en su entorno comunitario”.

Asimismo, Virto ha destacado que el Ayuntamiento ha hecho un “esfuerzo muy importante” en los últimos dos años para equiparar y adecuar viviendas tuteladas para personas en situación de exclusión. Irún va a firmar próximamente un convenio con Hondarribia para prestar un servicio conjunto de atención diurna y nocturna. La localidad fronteriza ya cuenta con un proyecto arquitectónico para el servicio de acogida nocturna, cuyas obras comenzarán en breve con vistas a su inauguración a finales del próximo año.  

El jefe de servicio de Inserción Social del Ayuntamiento de San Sebastián, Iñigo Estomba, ha dedicado su intervención a exponer las fortalezas y debilidades a nivel interno. Como puntos fuertes ha destacado “un buen desarrollo de los servicios” que plantea el Decreto de Cartera y que hace que la ciudad esté “más o menos cubierta en recursos y plazas”, una “intervención basada en la responsabilidad”, una “grandísima intervención preventiva en los centros de servicios sociales” y equipos “especializados” para trabajar con personas sin hogar. En todo caso, según ha detallado, el “principal fuerte” de San Sebastián es que “somos muy accesibles y flexibles”, con ocho centros de servicios sociales que abarcan los diferentes barrios, un servicio disponible 24 horas para urgencias y un indicador de calidad que refleja que la primera cita se da en cinco días.

Como aspectos a mejorar, Estomba ha apuntado a que “la capacidad profesional es mejorable”, el equipo es “poco interdisciplinar”, hay equipamientos “muy deficientes en varios de los recursos” y existe una “cierta saturación” a nivel profesional. También ha incidido en la necesidad de empezar a “hacer un mayor acompañamiento personalizado”.

Por su parte, la coordinadora de los servicios sociales del Ayuntamiento de Zarautz, Amaia Leunda, ha realizado un recorrido por los recursos de los que dispone el municipio para atender a las personas en situación de riesgo de exclusión social. A la hora de crear modelos de atención ha considerado que “hacen falta más espacios de reflexión” a diferentes niveles. “Ha habido mucho tiempo en el que no se ha hablado porque no ha habido espacios”, ha lamentado.