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Todo el diseño urbanístico tiene un claro impacto en la salud de la ciudadanía

La ciudad puede ser una herramienta de salud, de la misma forma que la salud nos sirve para hacer ciudad. Una ciudad saludable no es una ciudad llena de hospitales sino la que promueve el bienestar y facilita una vida saludable a todos los niveles. Salud física por su caminabilidad y salud mental en tanto facilitadora de las relaciones sociales y actividades y, salud medioambiental por la calidad del aire, el agua, biodiversidad etc.

Lo expone Marta Rofin, directora del postgrado de Urbanismo y Salud en la UPC que participa en el Curso de Verano “Territorios saludables: espacio de encuentro entre el urbanismo y la salud pública”.


“Todo lo que se diseña desde la planificación urbanística tiene un impacto directo sobre la salud. La movilidad, el reparto de los distintos equipamientos y su accesibilidad; el diseño de las zonas verdes, si son sencillos césped con flores o recogen otro tipo de vegetación más diversa que aporte frescura; si están intercomunicadas a lo largo de la ciudad o concentradas en una punta".


Se estudia “qué elementos del entorno urbano modificables desde el planeamiento urbanístico tienen un impacto sobre la salud” y se establecen 5 categorías de actuación.


La densidad. Se ha comprobado que las ciudades más saludables son las de una densidad media evitando la dispersión que obliga a desplazamientos largos y evitar también las altas densidades. La movilidad que viene determinada por la ubicación de las viviendas, el comercio, los equipamientos sociales; el transporte público; las interferencias del tráfico rodado en la caminabilidad, en definitiva, la conexión entre los distintos puntos de interés de la ciudad. El paisaje verde urbano. Ver dónde se ubican, sus diversos tamaños y cómo se interconectan para potenciar el desplazamiento. No son más recomendables las zonas excesivamente ajardinadas sino las que incorporan una mayor diversidad. La presencia de agua en fuentes o juegos de agua, las sombras refrescantes, el mobiliario urbano como los bancos son determinantes en el desplazamiento activo especialmente entre personas mayores. Es importante el acceso a esas zonas verdes desde la vivienda. Se ha comprobado que las personas que viven cerca hacen tres veces más deporte y que sólo con poder ver una zona verde desde casa incide positivamente en los casos de depresión.


Se habla menos, pero los usos son importantes. Lo que se llama la ciudad de los 15 minutos, es decir una ciudad policéntrica asegura que en todos los barrios se pueda vivir, trabajar, alternar. Oficinas, comercios y algunas empresas junto a viviendas. Mixticidad que depende totalmente de las normas urbanísticas. Algunas han ido erróneamente diferenciando la ciudad por zonas con usos exclusivos". Hay muchas actividades económicas que pueden convivir perfectamente entre viviendas”.


Desde la planificación también se puede incidir en las viviendas, promoviendo ciertos materiales, las condiciones de ventilación, luminosidad, orientaciones. Calidad de la vivienda en sí teniendo en cuenta también la ubicación de la vivienda social evitando la creación de guetos.


“Cinco determinantes de la salud” contrastados en toda la bibliografía publicada entre 2015 y 2022 que relacionan estos aspectos con las enfermedades cardiovasculares, la obesidad o la diabetes y también con el estrés, depresión, bienestar. “La ciudad saludable promueve un bienestar activo tanto físico como mental y medioambiental”.


Todas las decisiones que se tomen tienen un impacto directo en la ciudadanía. Si desplazas hasta un alto los equipamientos deportivos, no estás provocando una mayor actividad física de las personas. “La base de la movilidad activa es dónde están los equipamientos” luego puedes hacer campañas para que la gente vaya a pie o en bici. Afirma Marta Rofin que “hay calles que no invitan a caminar. A veces no es tanto una opción personal sino la realidad de una calle sin aceras, peligrosa o que da miedo”. El entorno te lleva a un estilo de vida concreto.


Todos estos planteamientos se llevaron a cabo en Vic donde Marta Rofin participó como arquitecta y urbanista en el plan general.” Hay tantos estudios que avalan, tanta evidencia científica que no es una cuestión de fe”. Las personas ingresadas en un hospital con vistas a una zona verde se recuperan de un postoperatorio hasta un 20% más deprisa. Hospital-zona verde es un binomio que debería ir siempre junto. Un estudio realizado en Barcelona con niños de 7-10 años muestra que la memoria de trabajo a lo largo del curso escolar es más alta en los niños cuyas escuelas tienen un porcentaje de zona verde más elevado en su entorno “A la hora de pensar dónde ubicar una escuela hay que pensar en un espacio suficiente para rodearla de verde. Escuela -verde, hospital -verde y viviendas –verde".


El entorno urbano está en constante evolución. Aunque no nos demos cuenta por eso, aunque a la hora de actuar sobre la realidad no se puedan hacer cambios radicales hay muchas posibilidades de cambio. Marta Rofin insiste: ”Son esos cambios los que hay que pensarlos en términos de salud. Las ciudades están construidas, toca batallar con lo que tenemos”.


“Tenemos que abandonar la idea de que podemos asfaltarlo todo, e incorporar todas las zonas verdes que se puedan porque sus beneficios lo son a nivel de temperatura, de calidad del aire, de biodiversidad, de menor ruido y también porque incita a una movilidad activa y motiva también las relaciones personales".


Los cambios cuestan, pero hay cambios inevitables. Nos hemos asentado en una forma de vida que no es sostenible de ninguna forma y aunque los procesos de peatonalización de las calles son polémicos, una vez realizada todas las valoraciones son muy buenas. No hay ningún caso de calle peatonalizada que haya revertido de nuevo a una calle con coches. Sacarlos de las ciudades es un fenómeno mundial que no tiene vuelta atrás. Al margen de su incomodidad para moverte en una ciudad Marta Rofin destaca el espacio público que se hipoteca con los coches aparcados. ¡Son vehículos privados que ocupan el 65% del espacio público!.


Otra posibilidad de actuación es la de los ríos a los que se les ha dado la espalda, y darle la cara con paseos a lo largo de su cauce, acceder a todas las zonas azules que puedan existir en una ciudad tiene un claro impacto, al igual que incorporar elementos de agua en las plazas o incorporar fuentes para beber. Fuentes, espacios de sombra, bancos para sentarse determinan la movilidad de muchas personas.


En Vic se ha puesto en marcha la llamada receta social y receta verde que sustituye la medicación por una actividad o por un paseo. En la experiencia se ha creado una lista de actividades que pueden realizarse en los centros cívicos o paseos y juegos en los parques que el médico del centro de salud correspondiente pueda prescribir al paciente. Para eso, la ciudad tiene que estar preparada para asegurar el binomio ciudad-salud. La ciudad puede ser una herramienta de salud, de la misma forma que la salud nos sirve para hacer ciudad. “Es importante incorporar todo el ámbito médico-sanitario en el diseño de las ciudades. Son profesionales que nunca hubieran pensado que tienen algo que decir en ese diseño, pero tienen mucho que decir".


En Vic todos los centros cívicos deben de reservar dos puestos de sus distintas actividades para las recetas que pueda dispersar el médico del centro de salud. En Cataluña el consumo de psicofármacos entre personas de más de 65 años supera el 60% “Cualquier cosa que se pueda hacer a favor de la salud mental con otros recursos, es importante".


Marta Rofín fue coordinadora del proyecto europeo Healthy cities (ciudades saludables) Tras su paso por Vic en la actualidad es jefa del departamento de ciudades saludables de la consultoría de innovación BAX & Company y Directora del Postgrado de Urbanismo y Salud de la UPC. (Universidad Politécnica de Cataluña).