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Hacienda como instrumento contra la desigualdad

Ni las empresas ni los promotores sociales conocen los mecanismos de colaboración para lograr un impacto social.

Ya lo remarcaba el Diputado General de Gipuzkoa Markel Olano en la inauguración del curso “la principal herramienta con la que cuenta la Diputación para hacer frente a las desigualdades sociales y económicas es la hacienda Foral”.


La representante de la red internacional Impact Hub Donostia, Josune Razkin, (red de emprendedores de impacto social) presentó los resultados de un estudio sobre el comportamiento de las empresas guipuzcoanas en su actividad de mecenazgo. El resumen sería pocas empresas y volcadas en esponsorización en el mundo del deporte.
Josune Razkin explicaba como en el II Foro de Diversidad promovido por el Departamento de Derechos Humanos en el debate con distintos agentes del tercer sector se vio la necesidad de incentivar el compromiso empresarial. Se tomó la temperatura a la actividad social de las empresas estudiando a las empresas de más de 20 empleados de cualquier sector. Impact Hub consiguió una muestra de 600 empresas representativas de Gipuzkoa.


De ellas un 28% hace algún tipo de aportación para algún proyecto de impacto social. Pero el 80% de ese 28% se reduce a apoyar actividades relacionadas con el deporte. Está muy claro que el deporte está arraigado en nuestra cultura-no estamos en contra, pero hay un gran descenso en apoyo a otras iniciativas sociales. Bajan hasta el 44% de ese 28% las empresas que aportan su ayuda a otros proyectos sociales, normalmente socio sanitarios como la Asociación contra el Cáncer, DYA etc. Y baja al 19% las que aportan algo a proyectos culturales. Hay mucho escalón hacia abajo en las aportaciones.


En cuanto al perfil de las empresas son las mayores las más proclives y las empresas de servicios más volcadas que las industriales. Las de servicios se encuentran más cerca del público en general.


No sólo pero también buscan un retorno a su aportación social. De hecho, el mundo del deporte les aporta mucha imagen corporativa.

“Deberíamos visibilizar otro tipo de retornos impulsando otro tipo de proyectos con retornos no tan en clave de retorno económico o de notoriedad de marca, sino que pudieran entenderse como retornos en mejora de bienestar social. Retornos mucho más a largo plazo o profundos en una dinámica de cambios y de crisis. Nos falta la cultura de utilización de las herramientas de compromiso para reducir la desigualdad.


Superado el concepto de la RSC por una idea de empresas con compromiso social, Josune Razkin era muy clara “Estamos muy lejos de esas concepciones porque en el tejido industrial guipuzcoano es de pymes y estos movimientos suelen estar liderados por las grandes empresas. Las pequeñas empresas están lejos de estos movimientos”

Las empresas ¿se adelantan o responden a peticiones? “Se pueden los dos casos, pero está tan extendido el rendimiento que se puede sacar de un acontecimiento deportivo que hay empresas que contando con proveedores o clientes que ya son patrocinadores de algún equipo y que se sienten incómodos si no lo hacen. Los proyectos deportivos se buscan mucho la vida, están prácticamente profesionalizados y saben llamar a las puertas mientras que otras iniciativas sociales no lo hacen porque probablemente no saben ni cómo hacerlo.


Desconocen hasta los incentivos existentes en la ley de mecenazgo. En el mundo de la cultura tienen acceso por ejemplo a un portal abierto por la Diputación Foral de Gipuzkoa en los que existe la referencia de proyectos apoyables. La ley de mecenazgo es muy clara pero el desconocimiento es generalizado tanto de las empresas como de los proyectos de impacto social.