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Las dolencias de la justicia española

El exjuez de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño ha sido el protagonista de la segunda jornada del curso “El crimen organizado, la ‘mafia’ de hoy. Desafíos del siglo XXI”. El ponente se ha mostrado muy crítico con el funcionamiento de la justicia española y ha señalado que actualmente “se desprecian principios que antes ni se ponían en duda”.

La presunción de inocencia, la aplicación de la prisión preventiva, la instrucción de los casos por parte de la policía y la filtración de información bajo secreto de sumario han sido los ejes sobre los que el exjuez de la Audiencia Nacional y ahora abogado Javier Gómez de Liaño ha centrado su crítica al funcionamiento de la justicia española.

El ponente ha comenzado su intervención señalando que “el crimen organizado no es algo nuevo, pero hoy en día presenta unos rasgos, principalmente, debido a la globalización y las Nuevas Tecnologías, que lo convierten en una verdadera amenaza para nuestra sociedad”. Así, el legislador ha tenido que ir adecuando las leyes a los nuevos delitos que han ido apareciendo, aunque, en opinión del ponente, “no siempre de manera acertada. Se han creado dos velocidades dependiendo del tipo de delito”.

El eje de la ponencia era el derecho a la defensa en los procedimientos sobre el crimen organizado y ese sentido, Gómez de Liaño ha señalado que “la investigación nunca debe violar los derechos fundamentales de los investigados y debe respetar las garantías procesales”. Sin embargo, el ponente ha señalado que esto no siempre es así y, concretamente, en el caso de los procesos abiertos por casos de crimen organizado, ha subrayado que “los procedimientos macrocausa lo único que hacen es crear perversiones procesales”. En este sentido, Gómez de Liaño ha criticado que en este tipo de casos “los indicios sumariales se toman como pruebas y, en demasiadas ocasiones, se toma en consideración a la opinión pública”. Para Gómez de Liaño “nadie puede ser considerado culpable hasta que así lo haya dictado una sentencia, pero eso, hoy en día, no se respeta”.

Otro de los ejemplos en los que ha incidido Gómez de Liaño y que, en su opinión, muestran el mal funcionamiento de la justicia española, es el de la aplicación de la prisión preventiva. Para el abogado “la prisión preventiva en una pena anticipada y solo debería aplicarse en casos de absoluta necesidad. En cambio, vemos como hoy en día se aplica con absoluta frivolidad y, en ocasiones, para conseguir declaraciones”. Gómez de Liaño también ha señalado que “un juez instructor no debería tomar medidas cautelares como la prisión preventiva”.

El ponente también se ha mostrado muy crítico con la manera en la que se llevan a cabo las instrucciones de los casos de crimen organizado. En su opinión, “la instrucción debe estar en manos del ministerio fiscal y no de la policía. Por eso, estamos viendo que hay una oleada de absoluciones en este tipo de casos”.

Por último, Gómez de Liaño ha señalado “que en los juicios más mediáticos el secreto sumarial se viola constantemente. Las crónicas judiciales se han convertido en diversión para el gran público”.