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Pesca sostenible y cambio climático

Nerea Páramo Ormaetxe, Ingeniera en Diseño Industrial y Desarrollo de Producto, miembro del equipo Omegabyte y propulsora del proyecto “Sharksafe”.

Origen del proyecto.

El proyecto “Sharksafe” nace en el contexto del Innovathon Bermeo 2020 organizado por BTWC (Bermeo Tuna World Capital), un hackaton de innovación enfocado a responder a los diferentes retos a los que se enfrenta la industria pesquera a día de hoy. 

Uno de los retos que se planteaban en el proyecto era el de evitar la captura incidental de especies accesorias. La captura incidental es la que se produce cuando especies que no son objetivo de la pesquería acaban atrapadas en los aparejos de pesca. En el proyecto abordaron la problemática de la captura accesoria de elasmobranquios, a los que pertenecen tiburones y rayas. 

Uno de los principales motivos de esta decisión fue el hecho de que estas especies poseen tasas de reproducción relativamente bajas y una edad madurativa tardía. Además, detectaron que estas especies, a diferencia del resto de especies marinas, poseen unos órganos electro-sensibles, las llamadas ampollas de Lorenizni, capaces de detectar campos electromagnéticos. Así como muchas especies marinas están dotadas de la capacidad de detectar el campo magnético terrestre para guiarse por corrientes migratorias, a día de hoy no se conoce ninguna especie capaz de detectar campos eléctricos. De esta manera encontraron una clara diferenciación que hacía posible desarrollar algún tipo de sistema o tecnología capaz de disuadir a estas especies de las zonas de pesca. 

Uno de los objetivos del proyecto fue impulsar nuevas tecnologías para permitir a la flota atunera avanzar en los objetivos de sostenibilidad y de este modo garantizar la conservación de las especies y la biodiversidad. Aprovechándose de esta electrosensiblidad diferenciadora que poseen tiburones y rayas, plantearon un dispositivo que generase un gradiente eléctrico tal, que fuese capaz de sobre-estimular estos órganos, de tal manera que estas especies se viesen ahuyentadas de la zona de pesca. 


Desarrollo del proyecto 

La intención inicial fue desarrollar un dispositivo testable capaz de proporcionar métricas del comportamiento de los tiburones ante estos estímulos eléctricos, pero esto no ha sido posible. Por desgracia, a día de hoy, no se dispone ni de los medios ni de los recursos necesarios para llegar a materializar el proyecto.

Desde el inicio del proyecto se detectó una clara necesidad de investigación y colaboración para poder desarrollar el prototipo. En primer lugar, el estado del arte de la tecnología planteada era muy reducido, existía escasa investigación al respecto y tan solo un dispositivo comercializado que empleaba esa tecnología. 

Por otro lado, se encontró con una barrera de índole político-legislativa. A día de hoy, la única medida en favor de la conservación de los tiburones a nivel internacional es el Plan de Acción Internacional de Tiburones (PAI-Tiburones), cuyo carácter es voluntario. Aunque en muchos países de la UE se llevan a cabo medidas de prevención y gestión de los descartes, la mayor parte de los tiburones que acaban a bordo de los buques de pesca, no sobreviven después de ser liberados por daños en sus órganos internos a la hora de ser manipulados. 

Mirada al futuro

La intención era presentar la propuesta en la Conferencia Mundial de los Océanos en Lisboa en junio de 2021, pero, debido a la situación de emergencia sanitaria no ha sido posible. Aunque el proyecto se encuentra estancado a día de hoy por falta de recursos, tanto financieros, materiales como humanos, la esperanza de los promotores de esta propuesta es que surja alguna iniciativa que impulse el desarrollo de proyectos que promuevan la conservación de estas especies. Entienden que la percepción de los tiburones por el público general es negativa y que esto no ayuda. Por ello, intentan concienciar y hacer entender que estas especies, más allá de su mala reputación, son vitales para el equilibrio de la biodiversidad marina. Al encontrarse en lo alto de la cadena trófica, la desaparición de grandes grupos de estos depredadores puede llegar a  tener consecuencias catastróficas sobre el equilibrio de los ecosistemas, pudiendo llegar a generarse efectos en cadena que resultan impredecibles y difíciles de estimar. 

Los promotores del proyecto “Sharksafe” conservan la esperanza de que las medidas legales al respecto se refuercen y se pene la pesca tanto intencionada como incidental de estas especies, además de incentivar el desarrollo de tecnologías capaces de evitar su captura accesoria. Por el momento su labor seguirá siendo la de concienciar a la sociedad sobre la importancia de su conservación, haciendo entender que los tiburones están aquí para ayudarnos y no para dañarnos.