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Asier Herrero: “El cambio climático y la sequía van a provocar cada vez más impactos que afecten al decaimiento forestal”

El científico ha remarcado que la inversión en investigación es fundamental

Asier Herrero es profesor en el departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco. Su campo de estudio es la Ecología Forestal, analizando las respuestas de los bosques al cambio climático y otras fuentes de estrés ambiental. Ha participado en el Curso de Verano sobre Los Árboles y el Agua, más concretamente, durante su ponencia, ha hablado sobre los problemas de los bosques ante la sequía y sobre los procesos de decaimiento forestal asociados a la sequía.

¿En qué consisten este curso de verano y tu ponencia? ¿Qué es lo que te ha llevado a estar aquí concienciando a la gente sobre este tema?

El curso se llama Los Árboles y el Agua y el primer día ha sido un poco introductorio, un poco general. Hemos hablado de las relaciones del bosque con el agua, yo he hablado del decaimiento forestal, que es el conjunto de impactos que la sequía puede causar en los bosques y en el arbolado, y un tercer ponente ha hablado de una herramienta de software para gestionar todo esto.

Lo que yo hago es estudiar las respuestas de los bosques al cambio climático, sobre todo en la península ibérica. A mí me invitó Basoa Fundazioa, que es una fundación de propietarios forestales y que es la que ha organizado estas jornadas.  La divulgación es parte de la labor que tenemos todos los científicos; investigamos y luego divulgamos lo que hayamos estudiado. Estoy encantado de divulgar la ciencia que es parte de las labores que tenemos todos los científicos, investigar y luego divlgar lop que estudiamos hablar. de este tema que es muy relevante para la sociedad.  

El cambio climático y la sequía son problemas que son una realidad y que tienen difícil solución ¿Cómo de grave es el problema y cómo se puede hacer para que afecte menos a los árboles?

La solución es complicada. Por el cambio climático las temperaturas son cada vez más altas; si no llueve más, al final, con temperaturas más altas, la evaporación es mayor y tenemos más condiciones de sequía. Como el cambio climático va a ir avanzando, en el futuro vamos a tener un incremento de la aridez, vamos a tener condiciones todavía más secas. Esto va a repercutir en los bosques y vamos a tener cada vez más impactos que afecten al decaimiento forestal.

¿Cómo hacemos frente a esto? Pues es complicado. Lo que podemos hacer es un monitoreo; seguir estudiando las respuestas de los bosques y según los resultados, ir adaptando los bosques de la mejor manera posible. Parte de la solución puede ser tener bosques diversos. Especies y tamaños de árboles diferentes suponen maneras diferentes de responder al clima. Por lo tanto, tener bosques diversos en cuanto a estructura, tamaño y especies nos puede hacer estar mejor preparados para responder. Habrá alguna especie que responda mejor, por lo que puede ser una opción favorecerla o que, por lo menos, esté presente en nuestros bosques, para que éstos respondan de manera más adecuada ante los impactos.

¿Cuál es la situación en Euskal Herria?

El norte de Euskal Herria es muy húmedo, pero no podemos olvidar que el centro y, sobre todo, el sur no lo son tanto. Por ejemplo, el sur de Navarra y de Álava son zonas que, de por sí, son relativamente secas; el centro es una mezcla. Según vaya avanzando el tiempo vamos a tener condiciones cada vez más secas, también en las zonas que hoy en día son más húmedas.

En Euskal Herria tenemos muchas plantaciones monoespecíficas productivas que, además, son bastante intensivas. Son bosques muy homogéneos, cosa que facilita el impacto de las sequías. También tenemos muchos hayedos, que tienen el efecto de toda la gestión antigua que les hemos hecho; se cortaban, se carboneaban mucho, y ese efecto se ve.

En cierta medida, contra más naturales sean los bosques que tengamos mejor van a responder a la sequía. También depende de cómo las especies puedan responder al clima. Lo mejor es intentar tener bosques diversos, intentar aplicar soluciones que nos permitan tener especies más resistentes y estructuras forestales con menos árboles. Si tienes muchos árboles, todos necesitan agua, por lo tanto, si tienes menos, hay más recursos hídricos para todos. Tener bosques menos densos puede ser otra solución, pero hay muchas y tenemos que estudiarlas y aplicarlas para luego ver si funcionan o no.

¿Qué es la mortalidad arbórea y por qué preocupa tanto?

El árbol puede responder de maneras diferentes a la sequía. Una de las respuestas puede ser reducir la superficie fotosintética, defoliarse un poco, tirar parte de las hojas. Esto puede repercutir en el crecimiento o en que haga menos la fotosíntesis. Si todos estos impactos se van acumulando, al final el árbol puede acabar muriendo.

Que mueran los árboles tiene un gran impacto porque el bosque es la estructura de vegetación que más interactúa con la atmósfera. Por lo tanto, si perdemos cobertura arbórea el suelo se calienta más, se almacena menos carbono dióxido en la madera, hay más carbono dióxido en la atmósfera y eso aumenta el cambio climático. Perder masa forestal puede aumentar el cambio climático, además de hacernos perder otros servicios que nos ofrecen los bosques, como por ejemplo la madera.

En cuanto a la sostenibilidad ¿Cuál es el modelo óptimo en tu opinión? ¿Cuál es el modelo actual y qué cambios harías tú para conseguir un modelo óptimo?

La sostenibilidad implica durabilidad en el tiempo, que las generaciones futuras sigan disfrutando de los mismos recursos y servicios que nos dan los ecosistemas. Este es un tema muy complejo, ya que depende de diferentes disciplinas; la económica, la ecológica, la social… Por lo tanto, para abordar este tipo de temas necesitamos una perspectiva multidisciplinar.

Además, necesitaríamos producciones forestales que, por lo menos algunas, no fueran tan intensivas, y bosques diversos a todos los niveles (de tamaños, de especies…), para que puedan perdurar en el tiempo. También es importante tener en cuenta los escenarios climáticos que vamos a tener en 20, 30 o 40 años, no solo los que tenemos ahora. Así podremos anticiparnos de una mejor manera a los daños que puedan causar.

Otra de las claves puede ser no poner todos los huevos en la misma cesta, diversificar un poco, hacer monitoreo, ver lo que funciona y lo que no es ir adaptándonos en base a las necesidades de los diferentes ámbitos de la sociedad, teniendo en cuenta también las necesidades económicas. Como digo, es un tema complicado, multidisciplinar y necesitamos la participación de los diferentes actores (científicos, conservacionistas, gestores, propietarios…) para llegar a consensos y poder planear diferentes tipos de actuaciones.

¿Cómo de importante es que haya una inversión económica suficiente para que la investigación continúe y para que el cuidado, la conservación y la sostenibilidad de los bosques sea óptima?

La inversión en investigación es fundamental. Hoy en día tenemos muchísimas técnicas para abordar la investigación de los bosques a largo plazo y es precisamente una de las cosas que a mí me parece muy importante hacer. Para eso hacen falta proyectos que aborden espacios temporales muy amplios. A veces, cuando dan proyectos de investigación suele ser para cuatro o cinco años, pero hay que buscar fórmulas que nos permitan hacer investigaciones a largo plazo, porque los bosques están formados por árboles, que son especies muy longevas.

Además, como decía, es importante que los proyectos sean multidisciplinares, que haya mucho contacto con los gestores y que participen investigadores de diferentes ámbitos.

 ¿Hay algo que quieras añadir?

Me gustaría recalcar la importancia de hacer este tipo de Cursos de Verano, que se discuta, que hablen actores de diferentes ámbitos (gestores, investigadores…). Es un ejercicio que tenemos que mantener de manera constante.