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Juan Manuel de Prada: “La inteligencia humana tiene muchos rasgos que una maquina nunca podrá reproducir”

El escritor destaca que la tecnología está colonizando nuestras vidas y que, cuanto más lo haga, más nos va a igualar. Sobre la Inteligencia Artificial, ha asegurado que hay que dominarla, que tiene que estar ahí, a nuestra disposición, pero que no puede tomar los mandos de nuestra vida.

El escritor Juan Manuel de Prada asistió a los Cursos de Verano como ponente en el curso llamado El ser humano no es lógico y la inteligencia no es artificial. Su ponencia, titulada Los demonios de la Inteligencia Artificial, ha tratado sobre como las nuevas tecnologías se están apoderando de nuestra vida. En ella ha destacado que hay cualidades humanas que una maquina jamás podrá reproducir y que tenemos que confiar más en nuestras capacidades.

Prada es licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca y doctor en Filología por la Universidad Complutense de Madrid. Además, le han sido otorgados el premio Planeta ("La tempestad"), el premio Nacional de Narrativa ("La vida invisible") o el premio Biblioteca Breve ("El séptimo velo"), entre otros. En reconocimiento al conjunto de su obra literaria, Juan Manuel de Prada obtuvo el Premio Castilla y León de las Letras de 2021.

¿Está la tecnología generando una homogeneización de opiniones y disminución de la capacidad crítica de las personas?

Yo creo que es indudable que la tecnología nos iguala, es decir, tiende a uniformizarnos. En este sentido, creo que la tecnología, de alguna manera, conspira contra nuestra humanidad, contra lo intrínsicamente humano, que es ser distintos. Los seres humanos somos todos distintos y es indudable que la tecnología introduce hábitos, comportamientos y, en el caso de la inteligencia artificial, pensamientos que, de alguna manera, conspiran contra esa especificidad humana.

Al yo tener una opinión tan adversa a ciertas formas de tecnología, se tiende a pensar que soy una persona que aboga por volver a una sociedad pretecnológica. Esto es absurdo. Yo lo que considero es que la tecnología está infestando y colonizando nuestra vida. Yo no tengo nada contra el teléfono móvil, pero sí contra que al cabo del día le dediquemos cinco o seis horas, porque esas cinco o seis horas nos las está robando de hacer cosas que hasta hace nada hacíamos. Entonces, en este sentido, creo que debemos tener mucho cuidado con la tecnología. Con esto no me refiero a que no debamos recurrir a ella, pero, evidentemente, la tecnología es una maquina y las maquinas son todas iguales, por lo tanto, cuanto más colonice nuestra vida, más nos van a igualar.

Respecto a la capacidad crítica del ser humano, hay que decir que las personas hemos nacido para hacernos preguntas, y lo más hermoso de la vida es que muchas de esas preguntas no encuentran una respuesta. Por mucho que le demos vueltas a esas preguntas, no vamos a tener una respuesta al cien por cien. Por ejemplo, ¿a dónde vamos cuando nos morimos? Esta pregunta te la puedes hacer desde los siete años, cuando empiezas a tener consciencia, hasta que te mueres, y nunca vas a encontrar la respuesta plena, nunca vamos a saber la verdad absoluta. Sin embargo, el mero hecho de hacérnosla nos enriquece humanamente, porque nos va a hacer explorar las religiones, la filosofía, la antropología, etc.

El hecho mismo de obtener siempre respuestas, creo que nos empequeñece humanamente. En este sentido, cuando la tecnología nos suministra respuestas, nos impide mantener ese diálogo con el mundo, con los misterios que rodean nuestra vida. Entonces sí, creo que aminora nuestra capacidad crítica, nos hace más conformistas, nos obliga a aceptar cosas que en condiciones normales no aceptaríamos, sino que discutiríamos. En este sentido, creo que el uso inapropiado de la tecnología puede aminorar nuestra capacidad crítica e igualarnos monstruosamente y, por lo tanto, deshumanizarnos, lo que es el final terrible.

¿Qué cosas positivas aporta la IA al ser humano y a la sociedad?

Yo creo que la única aportación buena que tiene la tecnología se da cuando la tecnología es a la medida humana. Hay un libro de un economista que se llama Ernest Friedrich Schumacher, que se titula Lo pequeño es hermoso, en el que él, en un momento de gran desarrollo tecnológico, dice que la tecnología tiene que adaptarse al hombre, no el hombre a la tecnología. También dice que toda tecnología que sirva para mejorar las capacidades humanas es buena, pero la que usurpa o suple las capacidades humanas, es mala. Entonces, la Inteligencia Artificial es buena si sirve para que nosotros podamos ofrecer aquello que hacemos de una manera mejorada. Si la tecnología sirve para que ya no sea necesaria nuestra aportación, es una tecnología mala y, por lo tanto, hay que restringirla.

En el caso de la IA, en mi intervención lo expliqué; en el caso de un empresario periodístico que tiene una redacción de cincuenta periodistas, con un uso desconsiderado de la IA, puede cargarse 45 puestos de trabajo, encomendarle ese trabajo a la IA, y que luego haya cinco periodistas que le den un toque humano a las noticias. Ahí hay 45 personas que pueden hacer aportaciones extraordinarias y que son enviadas al basurero, que son suprimidas; ¿ese es el uso que queremos de la IA? Esto nos lo tenemos que preguntar, yo creo que es una pregunta perentoria que tenemos que hacernos. Yo creo que la IA hay que dominarla, no podemos permitir que colonice nuestra vida, tiene que estar ahí, a nuestra disposición, pero no puede, de alguna manera, tomar los mandos de nuestra vida.

Una de las cosas que más preocupa sobre la IA es que pueda quitarle el trabajo a la gente ¿Cree que esto está pasando y la preocupación de la gente es justificada?

Para eso hay gobernantes. La misión de gobernante es como la de un padre de familia que tiene que velar por sus hijos, el gobernante tiene que velar por el pueblo. Por lo tanto, los gobernantes pueden promulgar leyes que combatan precisamente estos efectos dañinos de la tecnología. Lo que pasa es que no lo hacen porque están al servicio de quienes manejan la tecnología, de los poderosos, de las grandes corporaciones, del reinado plutocrático mundial. Son lacayos al servicio de la plutocracia. Pero los gobernantes que están al servicio del pueblo naturalmente ponen legislaciones que impidan estos usos aberrantes de la tecnología que destruyen a la sociedad, que destruyen puestos de trabajo, que destruyen iniciativas humanas; para eso están los gobernantes.

¿Cree que el no usar nuevas tecnologías como la IA le limita en algo respecto al resto de la sociedad que sí las usa?

No. Creo que las capacidades humanas son extraordinarias. No las exploramos ni explotamos todas ellas. El ser humano tiene infinidad de capacidades. Aparte, me gustaría dejar claro que yo no prescindo de las tecnologías, no soy una persona que no consulta cosas en internet. Lo que pasa es que al cabo del día le dedico un cuarto de hora o media hora en lugar de ocho horas, esa es la diferencia.

Yo creo que las capacidades humanas son extraordinarias e insuperables. En este sentido, yo creo que uno puede servirse de la tecnología, pero no puede permitir que ésta colonice su vida. Entonces, yo creo que no me limita, al contrario. Por ejemplo, el hecho de escribir a mano hace que mi escritura sea distinta. Para muchos lectores es demasiado compleja, demasiado difícil, pero a otros les parece una escritura distinta, que tiene unas aspiraciones formales que normalmente no tienen otros escritores.

La confianza en tus capacidades humanas te distingue. Cuanto más nos fiamos de nuestras capacidades personales, más personal es nuestro trabajo, más único, hacemos una aportación nueva y nuestra, que se distingue de cualquier otra. Entonces, no creo que te limite el no recurrir abusivamente a la tecnología, sino que te potencia. Pero esto no significa que tengas que vivir al margen o negar la tecnología en tu vida, evidentemente.

¿Cómo cambia la experiencia de escribir a mano o a través de ordenador?

Yo la tengo compartimentada. Escribo a mano lo que sería mi obra de creación; además tengo la suerte de tener una persona que me transcribe todo lo que yo escribo a mano, que es mi padre. Y luego, los trabajos más alimenticios, las colaboraciones en prensa, las hago a ordenador, porque muchas veces te exigen escribir en contextos difíciles. Muchas veces tienes que escribir cuando estás viajando; muchas veces tienes que escribir un artículo de repente porque, por ejemplo, ha fallecido una persona a la que has conocido y te piden un artículo sobre ella; entonces tienes que escribir en condiciones más difíciles. En este sentido la tecnología te lo facilita todo, te permite escribir más rápido y mandar el artículo más rápido.

Pero, lo que es evidente es que yo soy un escritor diferente cuando escribo a mano y cuando escribo en el ordenador, porque la tecnología cambia tu escritura. Al escribir más rápido la escritura es menos rica, tanto en el uso de términos (en el sentido puramente léxico) como en el pensamiento, al escribir más lento piensas más y hay más capacidad de pensamiento en lo que escribes. Además, hay más cuidado formal, es decir, cuando escribes más lento, encuentras la palabra exacta, una metáfora o un adjetivo más certero. Sin embargo, cuando escribes en el ordenador es una escritura más funcional, más impersonal de alguna manera.

¿Qué reflexión le produjo el título de este curso ‘El ser humano no es lógico, y la inteligencia no es artificial” a la hora de preparar su conferencia?

El título me parece muy sugestivo, muy interesante. Comparto, desde luego, la segunda parte; la inteligencia no es artificial. Es decir, como he explicado en mi conferencia, la llamada Inteligencia Artificial es una copia de datos, es un procedimiento tecnológico de acumulación de información y de selección de información. Pero eso no es la inteligencia; la inteligencia humana tiene muchos rasgos que una maquina nunca podrá reproducir.

En lo que no estoy tan de acuerdo es que el ser humano no es lógico. Si entendemos que el ser humano tiene pasiones y sentimientos en combinación con su inteligencia, ciertamente el ser humano no es solamente inteligente, es también pasional, es también un ser sintiente. Pero el sentimiento y la pasión pueden estar embridados por la inteligencia. Entonces el ser humano es un ser racional y, por lo tanto, puede desbocar sus sentimientos, lo que puede conducir a la destrucción o a la locura; o los puede embridar. Los sentimientos embridados por la inteligencia pueden ser extraordinariamente benéficos.

Entonces, es verdad que el ser humano no es un ser lógico, en el sentido en el que tenemos muchas reacciones que no son lógicas, pero sí es un ser racional. A veces cuando decimos que no somos lógicos, se tiende a pensar que no somos racionales. Yo sí que creo que somos racionales y que, desde luego, podemos tener dominio sobre nuestras pasiones. Además, es bueno que existan las pasiones, porque nos enriquecen, precisamente, hacen que no seamos como maquinas. Por lo tanto, es un título verdaderamente sugestivo.