Jesús Vicente Ruiz: “La cooperación es incompatible con el hecho que supone excluir”
El ponente ha remarcado que la Educación Física cooperativa genera una mayor autoestima en el alumnado.

Jesús Vicente Ruiz ha presentado su ponencia en la que ha explicado las bases del aprendizaje cooperativo en el Curso de Verano sobre aprendizaje cooperativo y situación motriz cooperativa en la Educación Física. Es Diplomado en Profesorado de E. G. B., Maestro especialista en Educación Física y Licenciado en Psicología. Además, tiene el máster en Investigación en Bases Psicológicas del Deporte y Doctorando por la Universidad de La Rioja.
¿Podrías explicar en qué consiste este Curso de Verano y qué es la cooperatividad en la educación física?
Bien, la referencia es cooperación en la educación física. ¿Por dónde se articula? Básicamente por dos caminos. Uno de ellos tiene que ver con las situaciones motrices cooperativas, aquellas basadas en la acción motriz en la que las personas interactúan para conseguir una meta compartida. Por otro lado, nos planteamos también cómo estructurar los procesos de aprendizaje mediante técnicas de aprendizaje cooperativo. Esto tiene que ver con el camino para lograr el aprendizaje.
La primera cuestión se asocia a la lógica interna de las situaciones motrices. La segunda, sin embargo, se puede aplicar en cualquier contexto, es decir, podemos utilizar aprendizaje cooperativo para aprender situaciones individuales, como podría ser el atletismo; situaciones de oposición, como podría ser el bádminton; o situaciones de colaboración-oposición, como podría ser el fútbol. Esos son básicamente los dos ejes, y, en ambos ejes hay un lugar común. Tiene que ver con una educación física puesta al servicio de las personas, que trata de propiciar aprendizaje para todos y para todas, y que dota a nuestra materia de un perfil ético.
¿Cuáles son las ventajas de este modelo de educación física respecto a un modelo más competitivo y cuál es el objetivo que tenéis al usar este modelo?
Por una parte, en cuanto a la lógica interna, no estamos hablando tanto de ventajas o desventajas, sino de elementos asociados. Las situaciones individuales deben tener su espacio en la educación física, también las de oposición y también las de colaboración-oposición; porque forman parte de los modos culturales de encauzar la acción motriz, pero, reivindicamos un espacio para las situaciones estrictamente cooperativas.
La segunda referencia nos lleva de nuevo al aprendizaje cooperativo. ¿Qué ventajas aporta? La evidencia científica nos remite a que se propicia una mayor autoestima y un autoconcepto positivo en todo el alumnado, no solamente en aquellos que en otros contextos consiguen situaciones de éxito.
En segundo lugar, se promueve la adquisición de habilidades sociales, se propician actitudes prosociales, hay un mayor grado de inclusión en el seno del grupo, hay una mayor comunicación orientada hacia la resolución de la tarea y, se ha demostrado también que, en contextos multiculturales, tejes redes asociadas al interculturalismo y, en relación a algo muy importante en nuestra materia, que al final es la ciencia de la acción motriz, también se consiguen mayores progresos en la adquisición de la competencia motriz.
¿Crees que el objetivo del deporte debe ser cooperar y no tanto competir? ¿Cuál crees que es el objetivo del deporte?
Volviendo al punto de partida, el deporte, si hablamos de deporte estrictamente en sí, estamos hablando de competición institucionalizada. Si hablamos de las prácticas motrices globalmente, habría más diversidad. Yo creo que nuestra misión tiene que ver con diversificar las prácticas, con que el alumnado sea capaz de manejar sus habilidades y de tomar decisiones en situación de juego; y que ese juego, sea individual, de colaboración-oposición, de colaboración-oposición o sea de índole artística y expresiva, esté precedido por cauces éticos.
Entonces, no se trata tanto de promover la cooperación como alternativa exclusiva, sino como una alternativa viable. Eso sí, de lo que se trata es de promover los valores a los que se asocia la cooperación; que pueden teñir también las actividades de oposición o las de colaboración-oposición. Que, al final, los parámetros sean de respeto a las reglas, de justicia, de solidaridad y de paz ejercida de forma activa. De esa forma, podemos promover contextos de práctica más ricos para todas las personas y también sociedades más constructivas y justas.
En cuanto a la motivación, en un modelo de competición la motivación suele ser ganar, pero ¿en un modelo cooperativo cuál es la motivación?
Ese es uno de los problemas que, a veces, se les ha achacado a las situaciones motrices cooperativas. No tanto al aprendizaje cooperativo, me refiero a que, si en una situación de aprendizaje cooperativo de baloncesto utilizamos el aprendizaje cooperativo, el fin es que las personas sean más hábiles, que las personas sepan tomar mejores decisiones en situación de juego. Con lo cual, si ven la transferencia, desembocaremos de nuevo en la situación de competición.
Pero, lo que pasa en las situaciones motrices cooperativas es que, por una parte, hay una cultura, una identidad de facto entre actividad física y competición, y eso no ayuda. Entonces, creo que lo verdaderamente importante para propiciar motivación en contextos cooperativos tiene que ver con promover el reto, y el reto asociado a coordinar nuestras acciones para conseguir una meta, una meta que vayamos a conseguir todos y todas, pero que suponga un desafío. Ahí tenemos un punto de anclaje para conseguir una mayor adhesión a estas prácticas y una mayor motivación.
Esto no es contradictorio con que haya personas que hallen aquí motivación y la hallen también en deportes con otra lógica interna. Pero, en cualquier caso, sí que nos hemos encontrado a veces con ese elemento que existía a priori; si no hay competición, ya tengo un punto de anclaje menos para enfrentarme a la situación motriz, porque esto no me motiva. Pero, la motivación puede estar en un logro colectivo, en la satisfacción de haberlo alcanzado, y también en la autosuperación puesta al servicio de una meta común.
¿Cómo se promueve la inclusión en el modelo cooperativo de la educación física?
Por ejemplo, los deportes de equipo requieren de una modulación para que sean verdaderamente inclusivos, porque, en la medida que prima la contra comunicación motriz, aquellas personas que tienen una mayor capacidad en ese contexto, a priori, son las que tendrán posibilidades de éxito y, habrá personas que, a priori, aprenderán que esta es una situación en la que nunca van a tener éxito, pero se pueden hacer cosas, se puede modular.
¿Qué es lo que ocurre en las situaciones motrices cooperativas? Que todas las personas sumamos, que todas aportamos. ¿Todas vamos a aportar por igual? Obviamente no, pero, si yo soy consciente de que aquí estoy sumando, empiezo a sentirme parte del grupo. Y hay otra cuestión también que es subyacente, que tiene que ver con la filosofía propia de la cooperación, y es que es incompatible con el hecho que supone excluir. Y, al final, implícitamente, estamos educando en el valor de la inclusión a través de estas prácticas cooperativas.
Pero, de forma explícita, los niños y niñas toman conciencia de que están contribuyendo a un logro compartido, de que, en esta ocasión, su participación también es importante. Esta inclusión tiene que ver con la diversidad de género, con la diversidad de competencia motriz y también, en el mundo plural en el que vivimos ahora, con la diversidad de origen nacional, étnico y cultural.
¿Hay algo que quieras añadir?
Lo que quiero añadir tiene que ver con el agradecimiento. Es importantísimo que haya formaciones de este tipo, que se expanden en red. Es importante que las personas que están participando en este Curso de Verano transfieran lo aprendido, después de haberlo sometido a juicio crítico, al día a día de sus clases. Así, estaremos cambiando de forma positiva la vida de muchas personas. Así que, lo único que puedo añadir tiene que ver con el agradecimiento por qué existan cursos de este tipo.