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“Ensalzar el voto telemático puede convertir la democracia en algorítmica y acabar con el debate, esencia del parlamentarismo”

La profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona Enriqueta Expósito participaba en el curso sobre “Parlamento y mundo digital” organizado por la cámara vasca intentando poner freno a los muy entusiastas de las nuevas tecnologías en el debate parlamentario. Podemos pasar de una institución distante a una institución inexistente imbuidos en un papanatismo que cuanto más mejor.

Las nuevas tecnologías han sido un revulsivo para la participación ciudadana en la actividad parlamentaria porque permiten más participación, aunque no la garantizan. Establecen canales rápidos pero una participación un tanto selectiva porque el ciudadano tiene la posibilidad de comunicar a sus representantes sus inquietudes. Cada vez hay más personas que saben que tienen esa posibilidad. Obviamente no toda, la brecha digital nadie puede obviar. Además, no a toda la sociedad le interesa participar. Hay quienes ejercen su función al votar y luego quiere dedicarse a sus quehaceres.


Las posibilidades están utilizando esas posibilidades como vía para conocer lo que quiere el ciudadano, pero- matiza Enriqueta Expósito, esa ciudadanía no tiene posibilidad de conocer cómo se han utilizado sus sugerencias. Al político le interesa después de tanto hartazgo y desapego y ha constatado la lejanía entre lo que decide el representante y los intereses del representado. El político necesita reconectar. Pero la ciudadanía no tiene posibilidad de conocer qué eficacia ha tenido realmente en el debate o en la resolución adoptadas. “Es aquí donde las nuevas tecnologías tienen mucho que recorrer”.


Las tecnologías están posibilitando al parlamento que conozca lo que quiere su ciudadanía. Un paso ulterior sería dar cauce a las aportaciones de los votantes. “La ciudadanía no participa en los debates ni el parlamento debate con el ciudadano”.

Medidas como el voto electrónico ya se contemplaban antes de la pandemia. Las posibilidades telemáticas han venido para quedarse, pero a juicio de Enriqueta Expósito, tendrían que quedarse en supuestos muy excepcionales. Maternidad, paternidad, enfermedad o asistencia de los miembros de la cámara a ciertos eventos internacionales ya contemplados en los reglamentos de Congreso y Senado. 


Incluso la permanencia del voto electrónico tendría que matizarse porque subvierte la esencia del parlamento. El parlamento no es la decisión que adopta. La votación es un mecanismo para agregar determinadas voluntades y adoptar una decisión, pero lo esencial del parlamento es la deliberación. 

“Ensalzar el voto telemático puede convertir la democracia en algorítmica ahorrándonos el debate que es la esencia del parlamentarismo”.


Enriqueta Expósito en serie discrepancia con lo expuesto por la profesora Eva Campos en torno a la posibilidad de introducir la Inteligencia Artificial decía “Si es así para qué servirá un representante! ¿Nos podemos forjar unos discursos a través de una máquina por los antecedentes de un grupo político? Entonces ¿ para qué sirven los parlamentarios? 


En consonancia con lo que Daniel Innerarity afirmaba en los Cursos de verano del pasado año al afirmar que podemos sustituir una votación por los “cliks de me gusta” en las redes sociales, Enriqueta Expósito decía “Al final con estas nuevas tecnologías estamos imbuidos en un papanatismo de cuanto más mejor…No importa la cantidad sino la calidad, para qué se van a usar qué es lo que pretendemos y fijarnos sobre todo en sus aspectos beneficiosos. Amoldando el uso de estas nuevas tecnologías a lo que es la esencia de la institución que es el debate. Pasamos de una institución distante a una institución inexistente”.